La llegada de 52 fascistas al Congreso con una agenda anti feminista es una mala noticia para el movimiento feminista en particular y la sociedad en general.  Lo más preocupante es la normalización institucional que han conseguido instaurar. Nosotras no nos vamos a quedar quietas.

Queremos que en 2020 el feminismo alce su voz contra el fascismo y el desembarco de la ultraderecha en nuestras instituciones. Desde Agencia de Comunicación y Género vamos a visibilizar una conversación feminista tanto en redes como en medios. Vamos a mostrar cómo el resurgir del fascismo y su normalización afecta a los derechos de las mujeres.

Par ello contamos con la colaboración de feministas que llevan a cabo su activismo desde distintos sectores de nuestra sociedad y que van a poner (aún más) en valor al feminismo como antídoto contra el veneno fascista.

Así,  dejaremos patente cómo esta normalización del fascismo es un ataque a los DDHH de las mujeres más vulnerables y en riesgo de exclusión, como las mujeres víctimas de explotación sexual, inmigrantes y especialmente a las menores de edad. Una prueba de ello es lo ocurrido en Mallorca: educadores de los centros de protección de la isla ha denunciado que la prostitución de las niñas acogidas en los centros de protección de menores de la isla está «totalmente extendida», y que en algunos casos llega a la práctica totalidad de las menores ingresadas.

Medidas como el pin parental que permite a los padres no autorizar la asistencia de sus hijos a actividades complementarias incluidas en el currículo escolar y cuya instauración pretender ser moneda de cambio para la aprobación de presupuestos.

El partido de Santiago Abascal, además, ha focalizado en el colectivo de los MENAS (Menores Extranjeros No Acompañados) su discurso contra la inmigración, afirmando que son un problema grave para los barrios.

Pondremos negro sobre blanco en lo que a los frentes que tenemos abiertos en el feminismo se refiere (y que el fascismo trata de anular sistemáticamente con su discurso) como la negación de la violencia de género y la invisibilización de las víctimas, la mercantilización del cuerpo de las mujeres y la feminización de la pobreza, el aumento de las agresiones sexuales, la justicia patriarcal y la escalada del machismo en la adolescencia. Recordemos que el partido verde pretende sustituir la Ley de Violencia Doméstica por una ley de «violencia intrafamiliar» y que VOX pone en duda los datos oficiales sobre denuncias de violencia de género.

Es imprescindible poner en evidencia el discurso fascista y rebatirlo con argumentos sólidos.  Ignorarlo no es la solución.

En definitiva, queremos contar y visibilizar cómo nuestro trabajo feminista ha mejorado las condiciones sociales, políticas y económicas de las mujeres en particular y de la sociedad en general en los últimos años y cómo los fascistas se han propuesto aplastar nuestros logros desde el Congreso y desde otras instituciones.  Y  también, y sobre todo, queremos hacer ver que aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad de derechos y libertades para las mujeres, que no debemos bajar los brazos y que debemos seguir peleando por ellos, todas juntas. Todas para todas.

La voz feminista es la única que puede silenciar el fascismo.

«Contra el fascismo, feminismo»