Nuevos conceptos: el «techo de papel» que invisibiliza a las mujeres

Posted by Sandra Del Estal in Agencia, Artículos

La desigualdad sistémica entre hombres y mujeres en el mundo laboral se ha representado con la figura del techo de cristal (o de hormigón). En los estudios de género este símil quiere reflejar la limitación velada en las estructuras empresariales que impide a las mujeres en un determinado momento de su carrera seguir ascendiendo.

Son barreras invisibles, inscritas dentro de la política empresarial y arraigadas en la sociedad que tienen como resultado que mientras sus homólogos masculinos tienen una trayectoria profesional hacia arriba las mujeres se quedan estancadas en cargos bajos o medios.

Todo ello tiene como consecuencia los datos que ya conocemos. Según el INE en 2015 el porcentaje de mujeres en el conjunto de Consejos de Administración de las empresas del Ibex-35 era del 19,4%. Las mujeres están infrarepresentadas en el mundo empresarial, en el mundo académico (el llamado efecto tijera por el cual pese a haber más licenciadas el porcentaje de hombres en cargos de responsabilidad en las universidades siempre es superior) y también en los medios de comunicación.

Hoy queremos centrarnos en la infrarrepresentación de las mujeres en los medios de comunicación, especialmente en los medios escritos.

A diario vemos como no se habla de mujeres, como todos los temas son tratados desde el punto de vista androcéntrico tomando al varón como la medida de todas las cosas o como las mujeres desaparecen de reportajes en profundidad y no se las pregunta como expertas o protagonistas. Las mujeres son el 50% de la población, pero si un extraterrestre leyera nuestros medios pensaría que el sexo femenino es poco más que una anécdota en nuestras sociedades.

El sociólogo canadiense Eran Shor ha resumido esta persistente infrarrepresentación de lo femenino en los medios escritos con un acertado concepto: el techo de papel.

Shor, para empezar, pone de manifiesto las consecuencias que tienen en la estratificación social y en el desarrollo de políticas públicas, la atención que los medios prestan a determinados temas y a la forma de manejarlos. Recurriendo al concepto de Tuchman de aniquilación simbólica explica cómo los nombres de las mujeres son censurados o silenciados y cómo las prácticas de los medios escritos magnifican artificialmente la desigualdad de género que existe en la sociedad.

Shor plantea algunas hipótesis que pueden explicar esta situación. Algunas de ellas se pueden agrupar bajo el epígrafe de “Organización y rutinas de trabajo de las redacciones”. En un trabajo altamente exigente y con una hora de cierre que amenaza cual espada de Damocles en las redacciones, tienden a centrar sus noticias en los individuos claves de la actualidad (que suelen ser hombres debido al techo de cristal mencionado anteriormente) y a tirar de una agenda de expertos y fuentes masculinas.

Por otro lado, están las hipótesis que hacen referencia a “Las agendas políticas y los sesgos ideológicos de los medios”, es decir, que si en las agendas políticas no hay temas protagonizados de mujeres ni políticas de y para mujeres los medios no las publicarán. En cuanto al sesgo ideológico cuanto más conservador sea un medio más invisibilizada estaría la mujer.

Tras un amplio estudio de big data que implica muestras de unas 2.000 publicaciones desde 1983 las conclusiones de Shor y su equipo son demoledoras.

Acusa a factores externos más que internos del propio mundo periodístico el menor ratio de hombres y mujeres nombrados en los medios (en una proporción de 80 y 20 por ciento). Esos factores externos son fundamentalmente la persistente dominación de los hombres en los puestos de poder en todas las esferas de la sociedad, también en los medios escritos.

Los patrones masculinos en la Prensa no cambiarán hasta que la desigualdad de género sea desterrada de la sociedad. Eso sí, que la infrarrepresentación femenina se deba más a factores exógenos a la Prensa no significa que medios y periodistas no tengan agencia para cambiar las cosas.

Desde el estudio se apunta que con una mayor representación de las mujeres en los puestos directivos en los medios y las estructuras de las redacciones (con más editoras y jefas de redacción) de daría el primer paso encaminado a lograr una igualdad de género en los medios que rompa con ese techo de papel que invisibiliza a la mitad de la población.

Redacción Agencia Comunicación y Género: Sandra del Estal Gigante.

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20 Feb 2017 no comments

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